Una de las mejores maneras de acercarnos a la lectoescritura es a través de nuestro nombre: los niños lo ven varias veces al día y les resulta familiar. Además, la carga emotiva y motivadora que conlleva aprenderlo es evidente.
Por eso, vamos a dedicar un ratito cada mañana para trabajarlos. Uno de los primeros objetivos es la discriminación visual: hemos jugado a buscar nuestros nombres entre todos los de la clase. Una vez lo hemos encontrado, lo hemos escrito en la pizarra. Lo hemos pasado muy bien! Aquí os dejo unas fotos.
PD: Si queréis seguir trabajando en casa, recordad que utilizamos letras mayúsculas. Si los niños piden ayuda, es conveniente dársela. Sobre todo, los más pequeños deben disfrutar con este tipo de actividades.
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